Nutrición Clínica/Temas de revisión

Ayuno Intermitente; ¿Ciencia o ficción? Por: Iván Osuna

img_224En los últimos meses se ha estudiado el ayuno intermitente (AI) como estrategia para la pérdida de peso1, sin embargo, a los profesionales de la salud nos parece un abordaje muy extremo, conociendo las estrategias convencionales propuestas por las guías de tratamiento nutricional, basadas generalmente en la restricción energética diaria2, además que se aleja mucho de las recomendaciones de colaciones a lo largo del día, a pesar de que esta práctica no ha mostrado tener beneficios en incentivar mayores pérdidas de peso3.

El AI se define como “periodos voluntarios de abstinencia hacia alimentos y líquidos”, realizando una restricción calórica considerable (hasta 75-90% de los requerimientos energéticos), en uno a tres días de la semana, o bien el denominado ayuno de día alternado (ADA), el cual consiste en ingerir alimentos ad libitum un día, seguido por un día dónde se realiza la restricción calórica severa4. Los primeros reportes de sus beneficios fueron publicados en los años 80´s, encontrando una mayor sobrevida en ratones que eran expuestos a una restricción en los alimentos5. Recientemente, se ha reportado una mayor eficiencia en la pérdida de peso en el AI comparado con una restricción energética diaria, esto en estudio en ratones. La eficiencia en la pérdida de peso es el resultado de dividir el cambio en el peso corporal entre el déficit de energía total. No se observaron ventajas en insulina y glucosa respecto al grupo con restricción energética diaria, observando disminución en ambos grupos6.

Mecanismos de acción

Los mecanismos de acción propuestos para el AI son: 1) La utilización de las reservas de lípidos como sustrato energético durante los periodos de restricción, reduciendo con ello el tejido adiposo en pequeñas cantidades durante cada episodio, provocando disminuciones significativas del mismo al realizarse por tiempos prolongados, lo cual se relaciona con disminución del riesgo cardiovascular (RCV) y 2) el estrés provocado en las células durante los procesos de restricción parece tener un papel importante en la reparación celular, optimizando su función, siendo otro mecanismo de disminución del RCV, actuando también en el metabolismo de la glucosa7.
Otra hipótesis por la cual se presenta la regulación metabólica se relaciona con el impacto en la biología circadiana, en la microbiota intestinal y en las conductas alimentarias5.

Evidencia en modelos animales

En modelos animales, el AI se ha relacionado con una disminución en la mortalidad asociada a cáncer y complicaciones cardiovasculares, mejorías en la sensibilidad a la insulina, y disminución de inflamación y estrés oxidativo 8, 9, 10. Sin embargo, es complejo traducir e implementar la evidencia obtenida en estos tipos de estudios, siendo necesario evaluar la evidencia producto de estudios en humanos11.

Evidencia en humanos

En humanos, se ha observado que después de dos semanas con ADA (20 horas de ayuno alternados con alimentación habitual ad libitum), se presenta un incremento en la captación de glucosa mediada por insulina, lo cual se relaciona con una mejoría en la sensibilidad a la insulina. Sin embargo, dicho efecto se ha observado únicamente en hombres, mientras que en mujeres se ha presentado un empeoramiento en la tolerancia a la glucosa12. Este mismo equipo de investigación publicó un ensayo clínico cuyo objetivo era evaluar los cambios en el perfil de ácidos grasos libres tras seguir un ADA alto o bajo en grasa, encontrando que ambas estrategias disminuían este tipo de ácidos grasos, cuyas concentraciones se relacionan de forma directa con un mayor RCV, encontrando una mejor disminución en el grupo ADA bajo en grasa13.

En pacientes con obesidad se ha observado una pérdida de peso significativa tras seguir un AI, aunque un factor determinante para dicha perdida es proveer los alimentos para los días de ayuno, controlando con ello la energía que se consumirá. Johnson y cols encontraron una pérdida de 8% del peso corporal tras 8 semanas de seguir un AI, proporcionando un reemplazo de alimento en forma de malteada que aportaba entre 320 -380 kcal14. En este estudio, los individuos presentaron una disminución en el índice de HOMA de 33%.

La obesidad es causante de un incremento en citocinas proinflamatorias, las cuáles se relacionan con diversas enfermedades crónicas no transmisibles15. En un estudio publicado en el 2012, Kroeger y cols. aleatorizaron a 60 individuos a dos grupos; un grupo con AI un día por semana, consumiendo 1040 kcal provenientes de alimentos líquidos los primeros 6 días de la semana, y el último día 120 kcal provenientes de jugo, mientras que el segundo grupo era la misma cantidad de energía proveniente de alimentos sólidos, ambos durante 8 semanas, encontrando una disminución significativa en las concentraciones de IL-6 y TNF-a en el grupo con alimentos líquidos16.

En individuos con IMC normal y con sobrepeso, tras instaurar durante 12 semanas un ADA que consistía en el consumo del 25% de sus requerimientos energéticos, alternada con una ingesta ad libitum en 15 individuos, se observó una disminución en proteína c reactiva y leptina, e incremento en adiponectina, así como una pérdida del 6% del peso corporal, comparado con un grupo control de 15 individuos17. Los resultados de una revisión sistemática, en la que se incluyeron 8 estudios que utilizaron AI, concluyen que en adultos con sobrepeso y obesidad, la pérdida de peso tras el AI es comparable con un plan de restricción energética diaria, pudiendo ser una estrategia alternativa para la promoción de la pérdida de peso18.

Riesgos

Después de semanas continuas de ayuno (5-7 semanas), el ayuno se convierte en inanición, provocando una proteólisis muscular. La inanición puede ocasionar pérdida de peso severa, anemia, diarrea crónica, delirio y otros efectos adversos. El AI no ocasionaría dichos efectos, sin embargo, se debe de mantener una estrecha vigilancia en aquellas personas que lo practican con mucha frecuencia, o muchos días a la semana7, 19.

Conclusión

La evidencia científica sugiera beneficios clínicos tras la instauración del AI, producto de estudios en animales y en humanos, aunque la mayoría de estos últimos son estudios observacionales o de intervención sin tener un grupo control. Se necesitan más estudios para determinar el beneficio de esta estrategia en el estado de salud de la población, así como elucidar la frecuencia y duración que proveen de mayores beneficios clínicos a los individuos que lo implementan.

Puntos Clave

  • El AI consiste en días de restricción de alimentos y bebidas, consumiendo de un 10-25% de los requerimientos energéticos de 1 a 3 días a la semana.
  • El ADA consiste en la restricción de alimentos y bebidas, consumiendo la misma cantidad que el AI, intercalado con un día de ingestión alimentaria ad libitum.
  • Las estrategias de AI y ADA han demostrado ser alternativas para el tratamiento de pérdida de peso y disminución de riesgo cardiovascular.
  • Son necesarios más estudios para comprender el mecanismo de acción de dichas estrategias.

Referencias

  1. Seimon RV, Roekenes JA, Zibellini J, Zhu B, Gibson AA, HIlls AP, et al. Do intermittent diets provide physiological benefits over continuous diets for weight loss? A systematic review of clinical trials. Mol Cell Endocrinol. 2014; 418: 153–172.
  2. Academy of Nutrition and Dietetics. Position of the Academy of Nutrition and Dietetics: Interventions for the Treatment of Overweight and Obesity in Adults. J Acad Nutr Diet. 2016; 116: 129-147
  3. Palmer MA, Capra S, Baines SK. To Snack or Not to Snack: What should we advise for weight management?. Nutrition & Dietetics. 2011; 68: 60-64
  4. Skaznik-Wikiel ME, Polotsky AJ. The health pros and cons of continuos versus intermittent calorie restriction: More questions tan answers. Maturitas. 2014; 79(3): 275-278
  5. Patterson RE, Laughlin GA, LaCroiz AZ, Hartman SJ, Natarajan L, et al. Intermittent Fasting and Human Metabolic Health. J Acad Nutr Diet. 2015; 115; 8: 1203-1212
  6. Seimon RV, Shi YC, Slack K, Lee K, Fernando HA, Nguyen AD, et al. Intermittent Moderate Energy Restriction Improves Weight Loss Efficiency in Diet Induced Obese Mice. PLoS ONE. 2016; 11(1): e0145157.
  7. Horne BD, Muhlestein JB, Anderson JL. Health effects of intermittent fasting: hormesis or harm? A systematic review. Am J Clin Nutr. 2015;102(2):464-470
  8. Buschemeyer WC, Klink JC, Mavropoulos JC, Poulton SH, Demark WW, Hursting SD, et al. Effect of intermittent fasting with or without caloric restriction on prostate cancer growth and survival in SCID mice. Prostate. 2010; 70(10): 1037–43.
  9. Lu J, E L, Wang W, Frontera J, Zhu H, Wang WT, Lee P, et al. Alternate day fasting impacts the brain insulin-signaling pathway of young adult male C57BL/6 mice. J Neurochem. 2011; 117(1): 154–63.
  10. Castello L, Froio T, Maina M, Cavallini F, Biasi F, et al. Alternate-day fasting protects the rat heart against age-induced inflammation and fibrosis by inhibiting oxidative damage and NF-kB activation. Free Radic Biol Med. 2010; 48(1):47–54
  11. Brown JE, Mosley M, Aldred S. Intermittent fasting: a dietary intervention for prevention of diabetes and cardiovascular disease?. The British Journal of Diabetes & Vascular Disease. 2013; 13(2): 68-72
  12. Varady KA, Hellerstein MK. Alternate-day fasting and chronic disease prevention: a review of human and animal trials. Am J Clin Nutr. 2007; 86:7–13
  13. Varady KA, Dam VT, Klempel M, Horne M, Cruz R, Kroeger CM, Santosa S. Effects of weight loss via high fat vs. Low fat alternate day fasting diets on free fatty acid profiles. Scientific Reports. 2015; 5: 7561. DOI: 10.1038/srep07561
  14. Johnson JB, Summer W, Cutler RG, et al. Alternate day calorie restriction improves clinical findings and reduces markers of oxidative stress and inflammation in overweight adults with moderate asthma. Free Radic Biol Med. 2007; 42: 665–74.
  15. Sun S, Kersten S, Qi L. Mechanisms of Inflammatory Responses in Obese Adipose Tissue. Annu Rev Nutr. 2012. 32:261–86
  16. Kroeger CM, Klempel MC, Bhutani S, Trepanowski JF, Tangney CC, et al. Improvement in coronary heart disease risk factors during an intermittent fasting/calorie restriction regimen: Relationship to adipokine modulations. Nutrition & Metabolism. 2012; 9: 98
  17. Varady KA, Bhutani S, Klempel MC, Kroeger CM, Trepanowski JF, Haus JM, et al. Alternate day fasting for weight loss in normal weight and overweight subjects: a randomized controlled trial. Nutrition Journal. 2013; 12: 146
  18. Davis CS, Clarke RE, Coulter SN, Rounsefell KN, Walker RE, et al. Intermittent energy restriction and weight loss: a systematic review. Eur J of Clin Nutr. 2015. doi: 10.1038/ejcn.2015.195.
  19. Barnosky A, Hoddy KK, Unterman TG, Varady KA. Intermittent fasting vs daily calorie restriction for type 2 diabetes prevention: a review of human findings. Translational Research. 2014; 164:302–311

 

Ivan Armando Osuna PadillaMNC. Iván Armando Osuna Padilla, NC
Licenciado en Nutrición, Universidad Autónoma de Durango
Maestría en Nutrición Clínica, Instituto Nacional de Salud Pública
Nutriólogo Certificado, Colegio Mexicano de Nutriólogos
Nutriólogo Clínico. Centro de Investigación en Enfermedades Infecciosas, Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias, México, DF.

Si tienes comentarios sobre este artículo contáctate con el Licenciado Iván Osuna email: iosuna87@hotmail.com3

Un pensamiento en “Ayuno Intermitente; ¿Ciencia o ficción? Por: Iván Osuna

  1. Articulo muy interesante. sobre todo podemos observar los riesgos del ayuno en pacientes hospitalizados. y que muchos de ellos cursan ya con inanición. gracias por compartir.

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